Eh venido aquí después de tantos años a buscar un refugio en el cual desahogar tantas penas que deberían de pasar por alto a mis veinti tantos y a mis muchas lunas en este mundo. Me encantaría ser como aquellas que simplemente viven la vida al día y se desentienden de lo demás, pero yo soy extraña, sigo teniendo sentimientos a flor de piel y sigo amando con muchísima fuerza todo lo que quiero en esta vida.
Y es que pienso que mi ingenuidad mas allá de ser una maldición ha llegado a mi para salvarme de tanto sufrimiento, porque es cierto eso que dicen, que la ignorancia es dicha y yo sin querer eh caído en esa frase mas de mil veces y temo seguir haciéndolo, ignorando el sufrimiento que algunos intentan crearme y saliendo adelante por mis propios méritos y crear sin querer en ellos envidia que no esperaba forjar y sin embargo lo hice.
Así fue que sin darme cuenta entendí que yo era diferente, que a pesar de ser muchas veces iguales en cuanto a pensamientos ejecutábamos las ideas de formas distintas, misteriosas podría decirse.
Este es uno de los tantos capítulos que inician mi recopilación de pensamientos, espero podamos seguirnos leyendo, cuéntame en los comentarios, ¿te has sentido así?.
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